Saponificación en frío del jabón natural, ¿por qué? ¿Cómo?

Los jabones naturales y la Historia son dos de mis pasiones (después de 4 años de estudiar Historia en la universidad 😅 ) Siempre me fascina descubrir de dónde vienen nuestros productos de cuidado diario.

Sólo tenemos que remontarnos un poco en la historia para ver que en el antiguo Egipto y en Mesopotamia, el “jabón” se utilizaba del mismo modo que otros cosméticos. Los sumerios y los egipcios (2800-1500 a. C.) utilizaban una mezcla de grasas animales y cenizas. Incluso en la época romana parece que esta mezcla seguía siendo imprescindible. De ahí viene la palabra "jabón" , del lat. saponaria , acc. de sapo, saponis “mezcla de sebo y ceniza utilizada por los galos para enrojecer el cabello”. "¡Estos romanos están locos!" diría nuestro amigo Obélix. En la Edad Media, aunque la higiene corporal podía dejar algo que desear, se produjeron mejoras en los procesos de fabricación del jabón, pero la producción siguió siendo artesanal. Se añaden a la composición flores, hierbas y álcalis . La grasa animal utilizada hasta entonces era sebo de cabra y las cenizas provenían de haya y algas. En el siglo XVIII se produjo una revolución sin precedentes: la grasa animal fue sustituida por aceite de oliva, haciendo que el jabón fuera más firme. Así nació el famoso jabón de Marsella. El jabón entró en su fase industrial en el siglo XIX gracias a un ingrediente mágico : el hidróxido de sodio (sosa cáustica) que sustituyó a la ceniza de madera utilizada en los procesos tradicionales. A partir de ese momento, el jabón se convirtió en un producto de consumo común gracias a la industrialización. Los costos de producción han disminuido, haciendo que el jabón sea más asequible para una mayor porción de la población. Con la industrialización y la mayor disponibilidad de jabón, hubo una creciente conciencia de la importancia de la higiene personal y la salud pública. El jabón se ha convertido en un componente clave de las campañas de salud pública destinadas a reducir las enfermedades infecciosas.